Proyecto «Higiene Sonora»: Aulas sin ruido.

Tenía pendiente escribir este post para explicar el «Proyecto de Higiene Sonora: Aulas sin Ruido», que estamos llevando a cabo en mi centro desde enero. Va unido a nuestro Proyecto de Educación Emocional y Plan de Educación para la Salud. 

El proyecto está relacionado con el concepto de «Higiene Sonora», del que yo tuve conocimiento gracias a mi tía. Ella es maestra en un pueblo cercano al mío y me habló de cómo lo estaban llevando a cabo. Estuve investigando (no hay mucho por Internet) y recopilé lo que se estaba haciendo a nivel educativo en otros colegios (nos basamos sobre todo en este documento), ya que a nivel de Seguridad en el Trabajo o Empresas hay más estudios y datos.

Analizamos nuestra realidad y vimos que el ruido y la contaminación sonora «es un extraño que se va instalando en nuestras vidas y en muchos casos, no nos damos ni cuenta».

La solución al problema de la contaminación acústica de nuestras aulas es responsabilidad de todos. Por este motivo, este proyecto es importante para conseguir una conciencia general que valore la importancia de una buena calidad sonora en nuestro colegio. Es una propuesta educativa cuya finalidad es preparar al alumnado para que pueda actuar y participar responsablemente en la gestión sostenible del Colegio, aportando propuestas para mejorar la calidad de vida y afianzando así el sentimiento de pertenencia a su comunidad.

En concreto, intentamos trabajar desde la prevención de la contaminación acústica en nuestro colegio: escuchando y reconociendo los sonidos, identificando el ruido, comprendiendo sus efectos y buscando el compromiso para evitarlo y reducirlo. Queremos recuperar el valor del silencio, de los sonidos agradables, de la naturaleza que nos rodea (el sonido del viento, el rumor de las hojas de los árboles, del piar de los pájaros, de las risas en el patio…) y, para todo ello, es preciso un cambio de pautas y una actuación constante en defensa de un ambiente mejor (un entorno tranquilo y silencioso genera menos conflictos).

A la vuelta de Navidad fui presentando el proyecto en cada clase, preparé un Power Point, donde fui explicando lo que es la Higiene Sonora y realizamos varias actividades:

1) Vimos la contaminación a la que estamos expuestos (niveles de presión sonora).

2)»Observamos el silencio»: estando en silencio e intentando escuchar los sonidos o ruidos de nuestro alrededor.

3) Sonómetro (me descargué una aplicación para el móvil) y cada clase intentó conseguir el récord de los mínimos decibelios.

3) ¿Hay contaminación? Con diferentes fotografías capté su atención y posteriormente hicimos una lluvia de ideas para buscar soluciones.

Si quieres descargar la presentación que preparé, puedes hacerlo en el enlace de abajo:

Para este proyecto rescatamos a la mascota de nuestra biblioteca (que asocian al silencio). Es un Tisanuro que nuestro compañero Jose Ángel tuneó para la ocasión.

• Cada clase tiene un semáforo que compramos en Tiger (los semáforos acústicos se escapaban de nuestro presupuesto), de manera que cada maestro que entra al aula o el vigilante del silencio «valora» el nivel que ha habido en clase. Utilizamos el código de colores del semáforo: verde (mayoría del tiempo silencio o se ha hablado bajito), naranja (con momentos en el que el nivel de decibelios ha sido alto) o rojo (mayoría de la sesión con ruido o hablando fuerte).

• Para nosotros el momento más ruidoso y conflictivo es la subida del patio, así que es en ese momento (antes de subir a clase) cuando les damos la tarjeta, que conservarán hasta la salida o la devolverán cuando no consigan el objetivo de «aula sin ruido».

• Cuando el semáforo ha estado toda la mañana verde (o solo un naranja) consiguen un Tisanuro verde que colocan en el gran mural que hay en el pasillo de abajo.

• Cuando hacen algo excepcional (salida extraescolar, un gran trabajo en equipo…) pueden optar a los Tisanuros Dorados (que solo da el Equipo Directivo).

• Además estamos equipando las sillas de las clases con pelotas de tenis para que el ruido sea menor.

• Nos falta elaborar más carteles para colocar por los pasillos y clases, este es un ejemplo para que no arrastren las sillas, aunque en las clases de 5º y 6º desde que tienen pelotas de tenis se nota menor nivel de ruido.

 

Al finalizar cada mes hay una clase que es la «más silenciosa» y recibe un premio o reconocimiento. Insistimos en la importancia del trabajo en equipo, para que se vayan autorregulando entre ellos. En nuestro caso teníamos claro que no queríamos nada material y nuestros compañeros de Infantil nos dieron la clave: realizar un taller en Infantil.

¡¡¡Y les encanta!!! Están deseando ser el grupo más silencioso para poder bajar y pasar un par de horas siendo sus «maestros». Os dejo el enlace donde se puede ver lo bien que lo pasaron tanto los alumnos de 4º de Primaria como los de Infantil (pincha en la imagen).

A la vuelta de vacaciones le tocará disfrutar a los alumnos de 6º.

La valoración que hace el equipo docente tras un trimestre aplicando «Higiene Sonora» en nuestras aulas es que hemos visto resultados positivos, los alumnos se han concienciado de la importancia de realizar los desplazamientos por los pasillos con el mínimo ruido posible, además de que un aula con pocos decibelios invita al trabajo y la concentración.

El objetivo no es el silencio absoluto, sino el respeto por los otros, el saber en qué momentos toca hablar (siempre en un tono que no sea molesto) y en cuáles estar en silencio. Estamos expuestos a tal nivel de ruido que nos insensibilizamos. No queremos ruidos, que es el exponente máximo y desagradable del sonido. Así podremos valorar los agradables que se pierden en el barullo y el día a día acelerado

Espero que os haya ayudado esta entrada para entender lo que es la «Higiene Sonora». ¿Alguien la conocía? Si es así, ¿cómo lo estáis haciendo en vuestro centro? Espero vuestros comentarios. ¡Muchas gracias!